Cuando yo tenía 17 años empecé la universidad, una etapa de mi vida completamente diferente, era como un universo nuevo que estaba descubriendo, aunque tuve la oportunidad de experimentar lo que era “diferente” en un intercambio que fui luego de graduarme de la escuela no era igual, con todo y eso la universidad era otra cosa, una realidad brutalmente cruda que en ese momento tenía que enfrentar, donde mis compañeros de clases tenían edades completamente diferentes , donde el estilo de vida, nivel emocional, económico era completamente desigual. Allí reafirme una duda que poco a poco sin darme cuenta siempre estuvo surgiendo en mi mente, que es cuando nos enfrentamos a lo desconocido y eso se ve atractivo de una comenzamos a compararnos, y de manera inconsciente pasa el compararnos a ser la primera opción. (no aplica con todo el mundo claro está)

Volviendo al 2014 en la universidad conocí a una mujer muy simpática, ya con una primera profesión, tenía un apto, carro se le notaba su madurez y seguridad en sí misma. Fue inevitable que al conocerla y saber solo un poco de su historia no pensar “quiero ser como ella” o “wooow mira tiene carro” “tiene la vida perfecta, es decir, ¡carro, apto!”, incluso a la hora de intervenir en clases su forma de expresarse se escuchaba superior a lo que a lo mejor en mi mente de 17 años podía llegar a pensar. El punto fue que Gaby (así se llama la chica simpática, la cual le sigo teniendo el mismo cariño y admiración) me llevaba más de 10 años, es decir, pueden imaginarse todo lo que ella había vivido antes que yo, las experiencias, las batallas, victorias, momentos, para que a esa edad ella tuviese lo que tuviese, dijera lo que dijera. No les negare que llegaba a mi casa luego de pasar medio día con ella en el mismo salón, me miraba al espejo y pensaba.. ni tengo, ni pienso la mitad de lo que ella tiene y hace.

Sin quererlo, ni pensarlo y mucho menos Gaby sabe de esta historia, estaba pasando parte de mis días comparándome con esta super mujer. Claro que en ese momento no comprendía algo que es ley de vida “mientras más años tengas, más experiencia vas sumando a tu libro”. Una chica de 17 años (la edad que tenia en ese momento) vivía castigándose de manera inconsciente por compararse con una mujer de 30 y tanto, créanme que aunque no lo demostraba fue realmente agotador el vivir comparándome, claramente mi manera de pensar en ese momento era completamente distinta a la que es ahora.

Hoy por hoy, he comprendido que nosotros los seres humanos debemos aprender a no ser tan duros con nosotros mismo, todo llega a su tiempo, cada persona es un universo, tenemos tiempos diferentes, experiencias diferentes, VIDAS, creencias diferentes, existe un efecto que cuando nos comparamos solo vemos lo superficial, lo que nuestra mente quiere ver en mi caso de ese momento “woow, carro, apto, mujer experimentada” y no vemos realmente todas las caras de la moneda, ni mucho menos todo lo que esa persona trabajo o paso para tener lo que tiene. Todo es un proceso y cada individuo lo vive a su manera. Sin duda eso era algo que la Wanda de 17 años desconocía.

Actualmente tengo 24 años he tenido la oportunidad de tener muchas más vivencias, experiencias, me he equivocado mucho pero he aprendido el doble, amistades con edades como la de Gaby que me han aportado a mi crecimiento, he recorrido más mundo como también he aprendido a razonar y llegar a este tipo de conclusiones. Solo me queda pensar ¡Que inocente o masoquistas somos!. Con el paso del tiempo te das cuenta de que el vivir comparándote con el de al lado es una tarea agobiante, y que nuestras propias experiencias a nuestro tiempo nos han llevado a ser lo que somos ahora.

Hoy en día amo lo que soy, lo que pienso (algunas veces), lo poco que tengo y lo mucho que quiero tener razón por la cual trabajo mucho dia a dia, hoy tengo carro y vivo en el apto que quise vivir, soy una mujer independiente y ciertamente me he convertido en la mujer que la Wanda de 17 años, admiraba en Gaby (pero a su total versión). Aunque no crean ha sido un largo y duro trabajo para mi llegar a este nivel de conciencia y amor por el cual sigo todos los días trabajando.

Amor propio, respetar tus tiempos, agarrar a los demás COMO INSPIRACION MAS NO COMPARACION, sin duda marcara una diferencia enorme en tus días, y LO SE no es tarea fácil y más en un mundo como el de ahora donde es competitivo y tentador. Pero cuando tienes tus pies bien puestos sobre la tierra, cuando sabes lo que quieres y quien tú eres todo va a ir fluyendo y sino no lo sabes aún VIVE ESE PROCESO, no te martiries, es tú tiempo. DISFRUTA vivir cada etapa de la vida porque la realidad es mucho más distinta que la ficción, el tiempo pasa, has que cada día A TU VERSION, aporten a ser eso que quieres, a tener eso que anhelas, la vida por muy cliché que suene es solo una pero cuando la vivas a full con todo y tus errores es más que suficiente, sin más nada que decir hazla tuya, a tu manera, sin apuros o con apuros, con caídas y levantadas, valorando lo poco y sigue trabajando por lo mucho.

Siempre he creído que cada persona en el mundo tiene algo diferente que aportar, cada uno de nosotros tenemos UNA ESENCIA y si ¡EL PODER MAS INCREIBLE QUE TENEMOS… ES SER NOSOTROS MISMOS, PORQUE ESO NO LO TIENE EL OTRO!

Y si llegaste al final de mis locuras en palabras GRACIAS y nos vemos en la próxima.

Escrito por: Wanda Santiago

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